Cuando actuamos en un estado de miedo, no siempre pensamos racionalmente. La angustia y los pensamientos irracionales pueden llevarnos a hacer cosas que más tarde lamentaremos. Podemos empezar a decirles pequeñas mentiras a nuestros clientes, compañeros o miembros de la familia. Podemos hacer cosas que no son propias de nuestra manera normal de actuar, tales como omitir informaciones importantes que podrían frenar una venta. O vender algo a alguien que no lo necesita. En otras palabras, hacer cualquier cosa para realizar la venta tanto si es bueno para el cliente como si no lo es. Por desgracia, estos actos pueden causarnos más problemas que aquellos a los que nos enfrentábamos inicialmente.
Por favor, no lo hagas, no aceleres la espiral descendente en que quizá te encuentres tomando un camino deshonesto. Aunque es posible que alivie temporalmente la tensión y el dolor que sufre, nunca te proporcionará una satisfacción duradera. En realidad, te puede reconcomer durante el resto de tu vida; también puede poner en marcha un mal modelo para el futuro.
- Sigue la regla de oro de tratar a los demás como querrías que ellos te trataran. ¿Querría que me advirtieran de posibles cambios en la comunidad que quizás afecten negativamente al valor de mi casa? Sí. ¿Querría que me aconsejaran invertir en un producto que no uso regularmente, porque las existencias se están agotando? Quizá, si de verdad necesitara o quisiera ese producto. ¿querría que me dijeran que esta es la inversión más económica para el producto, si no lo fuera? Claro que no.
- Fija tu propia brújula moral y evalúa todo lo que dices y haces en los negocios y en la vida según esa brújula. Algunos de mis alumnos utilizan algo externo. Cuando se enfrentan ha algún dilema se preguntan: ¿Me sentiría orgulloso si mis padres supieran que he hecho esto? O ¿Cómo me sentiría si mis hijos supieran que me he comportado así o que he manejado una situación de esta manera? Para otros, es algo más amplio: ¿Qué pasaría conmigo, con mi trabajo o con mis seres queridos si mi actuación en este asunto apareciera en las noticias locales o nacionales?
No te eches encima la emoción de la culpa. Si sabes que algo que estás pensando hacer o decir te hará sentir culpable más adelante, no lo hagas. La culpa es una emoción inútil. Tú y sólo tú controlas si afecta a tu vida y cómo lo hace.
Ser falible es parte del ser humano. Todos cometemos errores. Simplemente acostúmbrate a reconocerlos, sinceramente, a pedir perdón a cualquiera que hayas herido y luego a perdonarte. Caminarás con un paso más ligero y verás que entra en tu vida más bondad en general.
Nunca, jamás, pongas tu necesidad a deseos de ganar dinero por delante de tu compromiso para servir a las necesidades de otros. Esta es la base de una trayectoria profesional de ventas exitosa y enormemente gratificante.
Villa de Mazo |
- Comprendes que vender es una actividad cíclica y que tienes que disfrutar de las épocas buenas, sin dejar de prepararte para las malas.
- La mayor parte de lo que causa cambios en los ciclos no es algo que tú puedas controlar. Debes responder al cambio, en lugar de reaccionar ante él.
- Vender es una profesión que proporciona servicio a los demás.
- Un auténtico profesional se compromete con el éxito en una profesión de ventas.
- A fin de triunfar, es preciso que te atengas a tu propia brújula ética.
Tuve la oportunidad de leer este libro de gestión del conocimiento “Vender en Tiempos Difíciles” de Tom Hopkins. Los tiempos difíciles pueden deberse a numerosos factores, una crisis económica, una tragedia natural, un cambio en el consumidor. La lista es interminable y estos cambios pueden ser disruptivos, paralizando a quienes no están preparados para ellos. Ante estas circunstancias, los verdaderos profesionales saben que la forma de lidiar con la adversidad es enfrentándola, es un ingrediente esencial para tener éxito en la venta.
No con leer se hacen los cambios interiores de cada uno, pero sin duda, ayuda mucho a tener otras alternativas. Procuro desde la humildad vivir lo que aprendo lo que cuento hacerlo renovación en mi camino diario no solo por el bien personal, sino para el servicio a los demás. Para mí, un cliente satisfecho es el mayor valor de mi trabajo como Asesor Inmobiliario, más allá de los resultados económicos por mis servicios prestados.