Por persona
cuerda he tenido aquella que no dice lo que siente ni piensa, ni pinta en la
blanca cuartilla el azul del cielo con luna llena y la estrellita que le
acompaña a unos pocos metros de distancia. Admirable ensueño el que encuentran
los ojos al dirigirse hacia el cielo -que no es cielo ni es azul-, pero hemos
de darlo por cierto por ser lo más bonito en una noche estrellada.
Por no
encontrarme dentro del redondel en el que se define a una persona normal, mi
locura está bien clara a toda luz que se le enfoque. Esto da un resultado
fatal; sin embargo, el padecer esta clase de locura, más que entristecerme me
tranquiliza, pues los pensamientos -creo yo- si no se expresan con verdad,
además de ser cuerdo, se es también mentiroso. prefiero mi locura.
Y es que
además hoy llevo en la cabeza, si no constituye en grado superior el saber que
no es lo mismo ser pragmático que ser coherente, hay que ver lo crédula que
puede llegar a ser la mente, el ser humano ve lo que quiere ver, y cree lo que
quiere creer.....con frecuencia confunde independencia con construir muros y
cerrar puertas, cuando en realidad solo es independiente el que vence sus
miedos, acepta sus debilidades, no se castiga por sus fracasos y cree en sus
sentimientos, hay muchos que se creen diferentes, cuando en realidad no son más
que copias de otros, con comportamientos predecibles, lógicas establecidas, y
cerebros que ni ven, ni quieren ver ya se sabe que hay quien prefiere morir a
fracasar, cuando fracasar no es más que una posibilidad para hacerlo mejor la próxima
vez. Si amigos sí, como lo lees. Y aquí ya, firmo y rubrico la presencia del
gato Osi que me acecha el momento de un descuido para pescar las sardinas del
plato.