"Mi padre me dio el regalo más grande que cualquier persona puede dar a otra persona, él creyó en mí".
Algunos asistentes |
Hola amigos, hace unos meses se realizó en la Villa de
Mazo, barrio de la Rosa el evento Contra la Eliminación de la Violencia contra la mujer, y aprovechando que es el día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las mujeres. En
dicho evento se homenajeo a mi padre el Sr. Don Arturo Yanes Pestana, el motivo
fue los 50 años del acontecimiento que se produjo en Santa Cruz de la Palma
dónde mi padre con su valentía y heroicidad salvó la vida a una madre y su hija
de pocos años del asalto machista de su marido y padre de la niña.
Cartel del Evento |
Quiero agradecer a todos los asistentes al evento y sobre
todo por las muestras de cariño y calor que allí se respiró en toda la jornada….
Gracias de corazón a todos.
También quiero agradecer al Ayuntamiento de la Villa de Mazo
por la colaboración y apoyo en la realización del acto. Gracias a su alcalde
José María y su junta de Gobierno. Y, por supuesto mi más sincero agradecimiento
a la Asociación Cultural Nuevo Surco, su junta directiva encabezada por su
presidente el Sr. Antonio Enrique… gracias, muchas gracias. Vivimos momentos
imborrables para siempre.
Algunos de mis amigos de la Isla y de fuera de ella me habían
preguntado por si hay material del evento para compartir de lo que allí sucedió,
y mi respuesta fue que sí. Aquí os dejo un resumen de lo acontecido en tan
bonito lugar de la Rosa. Villa de Mazo y junto a toda una vecindad inolvidable
para mí. Como os dije, es difícil vivir lejos de donde uno tiene las raíces, es por
eso que, nunca me olvidé de mi tierra Palmera. Agradecido siempre de vuestro cariño y emocionado
por los recuerdos allí vividos. Un fuerte y sincero abrazo para todos. ¡SALUD!
* Comienzo con el texto leido por La Asociación Cultural Nuevo Surco
SOLIDARIDAD
Si atendemos a la definición de la RAE de solidaridad, “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”, parece
evidente que no vivimos en un mundo que lo sea. Miramos a nuestro alrededor, en
el sentido más amplio de la expresión, y nos encontramos con hechos más que
notorios de que esa adhesión al sufrimiento ajeno no se produce en casi ninguna
parte en donde fijemos nuestra mirada.
Recordamos a Aylan Kurdi, aquel niño de tres años que no
llegó a alcanzar las costas europeas y pereció en el Mediterráneo. Así también
tantas otras personas que lo han hecho huyendo de la guerra fratricida en
Siria, como el propio Aylan, la hambruna y la persecución de África o la
extrema pobreza y violación sistemática de derechos humanos de tantos lugares
que arrojan a sus ciudadanos a la búsqueda desesperada de un mundo mejor. Mundo
que en muchas ocasiones no llega a ofrecer una mínima posibilidad de
supervivencia, convertido en muro infranqueable, en concertinas hirientes o en
campos de refugiados sin esperanza.
Redes de prostitución que ofrecen a mujeres cargadas de
ilusiones un puesto de trabajo y la posibilidad de dejar una vida de miseria, y
lo que realmente les aguarda en el llamado primer mundo es una entrega a la
mayor vejación e inmundicia que se puede padecer.
Si cabe aún mayor oprobio, porque infringe dolor y vergüenza
a los más indefensos, la pederastia parece que también se ha instalado en los
arrabales más tristes de nuestra sociedad.
Las cifras tan escandalosas de mujeres que mueren cada año a
manos de quienes un día les dijeron que eran el amor de su vida y que, sin
saber cómo, se convirtieron en sus verdugos más atroces. Evocamos tristemente a
la joven Laura González, que en una de las madrugadas más mágicas de la isla,
cuando los compases de la danza de
nuestros queridos enanos aún sonaban en nuestros oídos, su agresor preparaba su
vil crimen. Si cualquier acción indigna del ser humano desconcierta y produce dolor, esta violencia que se genera en
el seno de muchas familias, que proviene de las personas a las que se ha amado más
intensamente y entregado buena parte de la vida, es quizás la más dolorosa, la
que menos se espera y la que seguramente produce una inmensa herida difícil de
curar, en el caso de salvar la vida.
En fin, es triste reconocer hasta qué punto el ser humano
puede ser, no ya solo insolidario, sino además muy cruel.
Sin embargo, fuera de las páginas de los periódicos
encontramos organizaciones y sobre todo personas cuyas actitudes sí encajan con
la definición de solidaridad. Seres humanos que cada día facilitan la vida de
los demás y que, en un momento de arrojo y valentía,
son capaces, aun a riesgo de sus propias vidas, de salvar algunas ajenas.
Arturo es un hombre que ha alcanzado ya los ochenta años,
pero que aún conserva el asombro en la mirada que expresan sus grandes ojos.
Fue quizás ese asombro el que lo hizo actuar aquella tarde del día 14 de
noviembre de 1967 en la Avenida Marítima de Santa Cruz de La Palma, ante un
caso que pudo haber terminado en tragedia y que él, con su bonhomía, impidió.
Era Arturo por aquel entonces conductor de Transportes del Sur y con su
actuación y un hábil “silletazo”, según el medio de
comunicación que lo recogió en aquel momento, evitó que un hombre, que estaba
apuñalando a su mujer, de la que estaba en trámites de separación y en
presencia de una niña de ambos de dos años y medio, lograra acabar con su vida.
Si bien hoy en día es tristemente habitual escuchar casos de estos en los
medios de comunicación, no lo era en aquella época, en la que estos episodios
generalmente quedaban solapados en lo oscuro del ambiente familiar y se les
denominaba crímenes pasionales, para no evidenciar la responsabilidad de un
hombre que no sabe aceptar la pérdida de lo que considera suyo. Es por esto aún
más conmovedor, si cabe, la actuación de Arturo, quien ante aquella injusticia
no dudó en actuar en favor de la víctima y así salvarla de lo que pudo haber
sido un trágico final.
El centro cultural Nuevo Surco quiere hoy, Día Internacional Contra la Violencia de
Género, reconocer y agradecer a Arturo su valiente actuación, pues con ella
parece que el ser humano se redime de tanto mal y tanto sufrimiento que somos
capaces de propinarnos unos a otros. Él nos recuerda la capacidad del hombre
para actuar también con bondad y respeto al prójimo y que, aunque pareciera
insignificante, fue una acción heroica que hoy nos conforta recordar en un
mundo tan insolidario.
Arturo Yanes. |
* Texto Leido por Arturo Yanes (hijo)
[Querido padre:]
No es fácil resumir en unas breves palabras lo que me has dado desde que nací y cómo has contribuido a mi desarrollo como persona. Procuraré, no obstante, destacar algunas cualidades tuyas que me han servido y me seguirán sirviendo de referente y modelo a lo largo de mi vida.
En primer lugar, debo destacar tu
calidad humana: eres un hombre bueno, honrado, bondadoso, una persona noble,
honesta, leal y cariñosa, de excelentes sentimientos; AMASTE y LUCHASTE por la unión de tú FAMILIA. Siempre
nos brindaste segundas oportunidades a todos nosotros, (no se puede pedir más). Ahora, lo que nos toca a nosotros es
demostrarte AMOR, comprensión y sosiego,
tu historia lo merece.
No puedo dejar de recalcar tus firmes
principios y tus valores tan humanos, tan auténticos, tan reales, sin dobleces,
y lo más importante tu fidelidad a ellos. Crees
en ellos y te comportas coherentemente, sin perderlos nunca de vista. Eres
una persona íntegra, de una sola pieza. Eres un hombre respetado y querido por
todo ello.
[Una
cualidad tuya que me gustaría subrayar especialmente es la humildad. Eres una
persona humilde, sencilla sin falsas apariencias, y pienso…. ojalá haya
heredado yo esas virtudes tuyas que son piedra angular del valioso legado que
nos dejas.]
Otros aspectos que tengo que resaltar
son tu sentido del deber, tu capacidad de trabajo, tu generosidad en el
esfuerzo y tu solidaridad, siempre dispuesto a echar una mano a quien lo
necesite, también tu actitud valiente ante
la gran aventura de la vida que tú has sabido interpretar muy bien envuelto
siempre en el camino de la esperanza y de la FE, aprendiste a sufrir cuando
la vida te hace sufrir, compañero de la soledad y no por ello, dejas de reír
cuando la vida te proporciona motivos para la risa.
Me
gustan las personas que son capaces de cambiar su destino, (el destino que se
le presupone va a tener…) y es que al destino hay que perseguirlo perseverar en
él para luego ganarlo. Tú lo has hecho padre, “lo has ganado”
Por
todo eso y por otras muchas cosas que no voy a mencionar por no alargarme
excesivamente concluyo declarando mi suerte y mi orgullo de tenerte como padre, de que hayas sido siempre un espejo donde mirarme y me hayas transmitido los
mejores valores para conducirme en la vida.
Gracias
por haber mantenido siempre tu nombre limpio y digno, por tu recto ejemplo, por tu visión anticipada del futuro y tus sabios consejos,
por el tiempo y la paciencia que me has dedicado, por los cuidados que tan
generosamente me has prodigado siempre, por tu apoyo y la fuerza que me has
transmitido y también por los buenos momentos que hemos disfrutado juntos.
Puedo decir abiertamente que toda mi
colección de recuerdos contigo son NUMERO
UNO, todos son buenos y positivos. Con frecuencia me vienen a la mente
imágenes de cuando me llevabas de pequeño al aeropuerto en tus días de trabajo
y me sentía el niño más feliz, o
imágenes de experiencias compartidas juntos, buscando una curación para mí, en
lugares como Tenerife, Madrid, Pamplona o Lourdes, como cuando nos despojamos
de la ropa y nos sumergimos en las piscinas del santuario de Lourdes, al salir
y vestirnos, nos dimos cuenta que no se nos mojó la ropa, lo que nos llevó a afirmar que allí empezaba el milagro.
Pero por encima de todo, te expreso mi
profunda gratitud por el infinito amor con el que has enriquecido mi vida.
AY.
Enlace a vídeo:
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"Nada hay más hermoso que un padre llegue a convertirse en un amigo de sus hijos, cuando éstos llegan a perderle el temor, pero no el respeto".