Parece que
son tiempos muy duros, hay mucha gente asustada y algunos van corriendo a
intentar hacer las paces consigo mismo temiendo, tal vez, que luego no tendrán
tiempo para ello. (Así empezó la segunda quincena de marzo) pues bien, se
termina el mes de mayo y desgraciadamente después de treinta mil muertes en
estos dos meses y medio por el COVID-19 en nuestro país. Lo que veo más sorprendente es que todo parece
un espejismo, sí un espejismo por diferentes comportamientos de ciertas personas
irresponsables y nada solidarias, es como emprender una carrera a ningún lugar.
Si nos ponemos a observar el nivel político en este país nos damos perfecta
cuenta de que avanzar en la dirección correcta no está al alcance de la
ciudadanía española en general. El ambiente que se respira en cada intervención
de esos politicuchos -de un bando y del otro- es claramente el enfrentamiento y
el ridículo continuado, como si nosotros, los que hacemos con nuestro voto que
estén ahí representándonos fuéramos tontos. (Siento adentro mío mil estrellas
de vergüenza con la clase política que arrastramos) ¡¡Y eso que nos jugamos la
salud!! Es intolerable estar a otras cosas mientras ronda la muerte. Pero
algunos se empeñan en jodernos la vida por dinero e intereses de demora… o ese
afán de poder irracional, -amigos míos- pienso yo que en el parlamento está el
reflejo bien representado de lo que realmente somos y pretendemos, una mezcla
de chulería, pillería, pasotismo y sálvese quien pueda.
Vino a por nosotros y entre nosotros está |
Mientras tanto,
la pandemia COVID-19 corre tras la vida humana para darle fuerte y derribarla
de una atacada, puedes tomarlo como quieras bien o mal, eso no va a cambiar que
el bicho azote a diestro y siniestro e invisiblemente te alcance donde estés …
La cuestión
puede ser pensar que esto pasará y que quizás nos enseñe a vivir de otra manera,
quizá nos enseñe que tenemos que ser más solidarios y poder ayudar como sea y
dentro de nuestras posibilidades a quien más lo necesita.
Quizá nos
enseñe que el planeta necesita menos contaminación menos consumo estéril y mejor
trato.
Quizá nos
enseñe que no hace falta asaltar supermercados, y que, con un par de huevos, legumbres,
cebolla y papas estamos apañados, tal como lo hacían nuestros abuelos.
Quizá nos
enseñe que el miedo a perderlo todo NO conduce a nada, y nos abra los ojos a desapegarnos
de las cosas materiales con más determinación y normalidad.
La vida
puede ser más fácil de lo que pensamos, si estamos dispuestos a dejar el ego y
el egoísmo apartado un poco (nadie es más que nadie). Menos reproches y más
compromiso.
Como siempre
cada uno lo hará según su grado de conciencia (algunos, aparentemente no la
tienen) unos con pánico, otros con buena aceptación, otros con amor y aprendizaje.
Yo os puedo
decir que la salud no la cambio por coches, pisos, chalets, garajes, edificios
ni una buena cuenta bancaría con tarjeta oro para gastar y fardar, ni fondos de
inversión, y mucho menos, si esos fondos son buitres carroñeros. No cambio la
salud por nada en el mundo. Defiendo al cien por cien la sanidad pública y
universal desde siempre, yo, aquí presente, gracias a ella estoy aquí
contándola, defiendo que las instituciones ayuden de una forma acertada a quién
más lo necesite, a ese colectivo marginado y fuera del sistema que nos hemos
dado los privilegiados. Y es que NO se puede vivir con tanta miseria de hambre
y vidas en penuria a nuestro alrededor sean de donde sean estas personas del
color que sean o raza y país del que procedan. ¡No puede ser! está claro que
hay muchas cosas que están fallando, algunas han fallado para siempre.
Es lo que
hay, considero que no le debemos dar más poder al pánico que unos cuantos nos
quieren hacer ver, pues el miedo se retroalimenta sin darte cuenta. Debemos
pensar que otra vida es posible y que cuanto mejor esté la humanidad mejor nos
irá a todos, si todo el mundo tiene para comer y gastar en comprar ropa
vivienda donde vivir dignamente seguramente todos los Estados y empresarios lo
agradecerían porque de ahí viene el consumo en toda regla para que las
compañías grandes y pequeñas puedan sobrevivir.
NO me rindo aun
pensando que la utopía es una isla desconocida en la que se llevaría a cabo la
organización ideal de la sociedad. Tomás Moro allá por el siglo XVI decía que
en la utopía no hay pobres ni mendigos y que, aunque nadie tiene nada todo el
mundo es rico. 😉
Mucha fuerza
y energía para todo el mundo mundial, saldremos de esta, seguro, yo ya estoy
trabajando en ello. 👍👍💪❤