"Relato de mi pensamiento crítico sobre lo que pasa en el mundo"
Vivimos en una época de avances tecnológicos sin precedentes, pero también de profundas contradicciones. Mientras algunos celebran el progreso, yo no puedo evitar cuestionar el rumbo que está tomando la humanidad. Mi pensamiento crítico no nace del pesimismo, sino de la necesidad de entender más allá de la superficie, de mirar con atención lo que muchos prefieren ignorar.
Observo un mundo cada vez más interconectado, pero al mismo tiempo más dividido. Las redes sociales, que prometieron acercarnos, hoy parecen ser armas de polarización. El diálogo se reemplaza por el enfrentamiento, la reflexión por el juicio rápido. Me pregunto: ¿cómo podemos aspirar a la comprensión si no somos capaces de escuchar?
La crisis climática es otro tema que me inquieta profundamente. A pesar de las evidencias científicas, seguimos actuando como si el planeta fuera infinito. Mi pensamiento crítico me lleva a cuestionar no solo a los gobiernos y empresas, sino también a nuestro rol como individuos. ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos o simplemente buscamos excusas para mantener la comodidad?
En lo económico, el abismo entre ricos y pobres se profundiza. Se habla de crecimiento, de innovación, pero ese “progreso” no llega a todos. ¿Qué sentido tiene una economía que deja atrás a millones de personas? Me pregunto si hemos confundido el valor con el precio, si hemos olvidado que la dignidad humana no puede reducirse a una cifra.
La guerra, la corrupción, la desinformación… Son síntomas de un sistema que necesita repensarse. Pero también veo señales de esperanza: movimientos sociales, voces jóvenes que se alzan, personas que aún creen en la justicia, en la empatía y en el poder del cambio.
Mi pensamiento crítico no busca imponer verdades, sino abrir preguntas. Porque solo cuestionando lo establecido podemos imaginar un futuro distinto. Y aunque el panorama actual sea complejo, sigo creyendo que otro mundo es posible, pero solo si nos atrevemos a pensar, sentir y actuar con responsabilidad y conciencia.
Un abrazo. A.Y