sábado, 19 de marzo de 2011

SIEMPRE EN MÍ

                                         Un Verdadero Amor, Papá

Este es un homenaje de reconocimiento a mi padre. De una forma natural, espontanea sin esconder el tiempo en ningún desván, sin mirar de reojo el inexorable pasar. Soy de los que pienso que estas cosas se hacen en vida, luego, pasada la vida ya no importa nada. No me gusta la forma de querer una vez te marches para nunca más volver. Eso es en muchos casos pantomima.

Gracias por tanta belleza papá, en los valores que aprendí de ti, valores que a la postre han hecho posible mi renacer recordando que no estaba solo en mi caminar, si, confundido y alejado del sendero eterno. Gracias viejo por darme la oportunidad de nacer de crecer de vivir de existir en mí, de conocerte.

Enorme viejo mío, lo mucho que extrañé tu presencia en los momentos difíciles que me tocó vivir, en mi oscuridad humana… esa que va agarrada de la mano llamada duda, en las puertas del abandono propio, del miedo. Solo la grandeza de tu corazón volando siempre a mí alrededor hizo posible la reconciliación conmigo mismo, con mi yo.

Gracias viejo; por tu honestidad, por tu carácter por tus enfados cuando no hice las cosas bien y si muy mal, por tu personalidad,por tus silencios-, esos que hablan sin palabras por que se agotaron de tanto pronunciar lo correcto, lo exacto lo verdadero. A ti debo las reflexiones profundas que poblaron de lágrimas un rostro perdido en el olvido y la incontestable soledad que llegó a ensombrecer mí corazón tendido.

Gracias padre por hacerme sentir hoy tan bien conmigo mismo, por estar ahí, aquí en todo lo que me hace ver la fe del hombre libre, por tu perdon, en él descanso, aprendí que la vida está llena de esperanzas si absorbes la sangre de la traición. Gracias padre por tu lealtad, por tu paciencia, por tu sinceridad, valentía, por tu bondad, por compartir tu sabiduría y experiencias, por compartir tus sueños conmigo, por tus sabios consejos, por tu risa, por tu llanto sufrido, dolido, escondido. Por tu voz, por tu baile de paz y alegría aquel día del mes de noviembre del 2008 de reencuentro junto a Tina y el sonar músical de la agrupación los Viejos como testigos. Gracias por tu presencia.

Que la felicidad deseada para ti en el día de hoy (día del padre) te acompañe a diario, sea tu sombra y tu luz, tu música y color, sea la más fiel compañera el resto de viaje que permita Dios para ti. Sus brazos los he visto abiertos con tu nombre de Rey. Son padre, los brazos del AMOR.

Tienes merecido el paraíso por la grandeza de tu SER. Por ser quien has sido y quien sos, sin copias ni fotocopias. Tu seña de identidad es inolvidable y grande para mí.

Quien no te conoce no sabe lo que se pierde, quien te haya juzgado no se mira en su interior ni al espejo y quien envidie tu buen corazón está enfermo por falta de amor (del que no se compra con dinero) de soledad interior, teniéndolo tan cerca tocándolo y dejándolo marchar sin más. Un día será tarde para quererte y te llorarán desconsoladamente.

Yo que te conozco bien, me siento tremendamente orgulloso de saberte un caballero, un icono, un ser extraordinario, irrepetible como Amigo, como hermano, como padre de familia. Tú que eres mi padre… el fiel Amigo consejero. ¡¡¡Feliz día Papá!!!. “Sonrie”. Te quiero por siempre.

Arturo Yanes.

  

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