INVISIBLE A TI
Te lo había susurrado al oído
te lo había transmutado en el reflejo de la mirada.
Sabes que te visito invisible,
observando la figura de tu silencio
la luz de tus ojos en el espejo de tu habitación
iluminando el dibujo de un beso enorme
convertido al vaho del cristal
de tu imagen justo, donde te gustas.
Suave, sensible, delicado
con mis dedos sin roce en tu piel
la energía me aproxima y me deja
implantado en tus tejidos
armoniosos y calidos.
Invisible me cuelo en tu pelo
y sin que lo sepas
recorro tu cabeza
entrelazando los dedos del amor
para no perderme un solo rincón de tu secreto.
Invisible busqué entre tus labios
la palabra que nunca pronunciaste en mí presencia.
Por miedo, por pereza, por inseguridad. Pero que ahora sé
deseaste en silencio egoista.
Mi respiración se acelera
y aunque tú no lo sepas
estuve en tu cuerpo
callado, sintiendo tu interno fuego
casi volcán Tenegia de la tierra canaria,
¡increíble experiencia!
Unos gemidos tímidos y sinceros
se escapaban al galope de tu boca sensual
junto al movimiento de tus pechos
como únicos testigos de estos hechos.
“Y es que mi amor es tan grande, tan inmenso, tan de verdad”
que invisible a cualquier momento inesperado
sigo este aprendizaje y visito tu lecho una vez más.
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